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martes, 5 de septiembre de 2017

Relato: Loreto y sus chicos

Esta es la historia de una joven y prometedora diseñadora de modas que a pesar de no haber tenido ni una sola relación romántica estable ni esporádica con ningún chico en toda su vida, ha visto como los hombres que pasaban por su vida, de una manera u otra le enseñaban a aceptarse a si misma y a creer en si misma y en su talento. 
Loreto, en la actualidad es una joven y prestigiosa diseñadora de modas, de 29 años, mide 1,79 metros, pesa unos 65 kg, piel blanca, morena y con el pelo largo y rizado.

Cuando era pequeña, Loreto era una niña muy sociable y se llevaba bien con todo el mundo, tanto con niños como con niñas, aunque con los primeros siempre se mostraba bastante tímida y no sabia muy bien como tratarlos. Cuando entró en el instituto a pesar de convertirse en una chica muy guapa por la que muchos de sus compañeros sentían cierta atracción , ella no se sentía distinta y seguía sin saber como relacionarse con los chicos de su alrededor. Después de Bachillerato entró en la Escuela de diseño y empezó a trabajar de asistente, a jornada parcial , para la diseñadora Michaela Galván; dónde conoció a Paolo Vichali , uno de los modelos masculinos de la firma. 

Por aquel entonces Loreto tenía 18 años y acababa de entrar en la carrera y al mundo laboral, Loreto pasaba horas en el taller y asistía a todas las sesiones fotográficas de la firma para tomar notas. En una de las sesiones conoció a Paolo, Paolo era uno de los modelos más guapos de la firma y todas las modelos iban tras él, pero en ese momento él no estaba para esas cosas. Paolo tenía 20 años, pero dejó los estudios a los 16 y se puso a trabajar de lo que iba encontrando: camarero, mecanico, electricista, mozo de almacén... hasta que Michaela lo vio un día en el taller mecánico donde trabajaba y le dio su tarjeta, ofreciéndole trabajo como modelo en su firma y desde entonces estaba ahí. Pero Paolo no estaba pasando por su mejor momento, su padre acababa de perder su trabajo y la situación en casa no estaba demasiado bien, lo que le empujó a empezar a consumir drogas. Mientras estuvieron trabando juntos Loreto y Paolo se hicieron muy amigos, al pasar tantas horas juntos trabajando se estableció una relación de complicidad entre ellos, se contaban sus cosas y sus problemas. Había momentos en los que Loreto veía a Paolo ausente o apático y se acercaba a él para  apoyarlo, y a partir de ese momento siempre que Paolo se sentía mal, triste o desbordado acudía a Loreto ya que ella siempre lo escuchaba.

Después de dos años trabajando como asistente para Michaela a Loreto le ofrecieron irse a trabajar durante un año a Francia, cuando Loreto le comentó a Paolo la noticia, se alegro mucho por ella pero al mismo tiempo la cayó como una jarra de agua fría, ya que durante esos dos años que habían trabajado juntos ambos se habían cogido mucho cariño y Loreto se habia convertido en una persona muy especial para él , no solo era su amiga, sino también su confidente y uno de sus principales apoyos, en un momento en el que todo el mundo de Paolo estaba cambiando. Durante el año que ella estuvo trabajando en Francia ambos mantenian el contacto hablando por skype en los momentos que podían pero no era lo mismo.

Tras un año, trabajando en Francia Loreto volvió a Italia y retomó sus estudios de Diseño. Al finalizar sus estudios siguió trabajando para Michaela pero esta vez como una de sus modistas, ya no como asistente y ella y Paolo seguian siendo buenos amigos. Mientras trabajaba para Michaela conoció a otro de los chicos de su vida, Kevin. Kevin era un fotógrafo estadounidense que acababa de llegar a Italia en busca de trabajo, que casualmente era amigo de Valentina, una de las mejores amigas de Loreto. Un dia Loreto quedó con Valentina y ésta le presentó a Kevin. Desde el primer momento ambos se cayeron muy bien entre sí, tenían muchas cosas en común y sobretodo compartían la misma pasión por la moda. Loreto le presentó a Kevin a Michaela para ver si había algún puesto vacante en la empresa para él, afortunadamente uno de los fotografos se había ido a otra empresa y quedaba un puesto vacante, al ver sus referencias y su brillante curriculum Michaela decidió contratarlo como fotógrafo.

Trabajando para Michaela, Loreto realizó varios encargos para Gabriel Lagos, un influyente empresario argentino y gran amigo de Michaela. En un principio Loreto no se llevó una grata impresión de Gabriel, la primera impresión que le causó fue la de un hombre arrogante y engreído que aprovecha su posición de hombre de negocios exitoso como excusa para tratar irrespetuosamente a los demás. No obstante, a medida que iba visitándole para tomar-le medidas para los diferentes trajes que encargaba, se dio cuenta que no todo era lo que relucía, no es que fuera el hombre más encantador del mundo, pero si que había en el más valor como ser humano de lo que aparentaba. Sus padres murieron en un accidente de tráfico cuando el tenía 15 años y desde entonces ha tenido que salir adelante él solo, trabajó muy duro para construir su propia empresa y para mantener a su família (su mujer y sus dos hijas). Al conocer un poco mejor su historia, a pesar de tener una relación estrictamente profesional y verse sólo los dias que iba a tomar-le medidas o a entregar-le los pedidos, Loreto empezó a respetarlo ya que admiraba su espíritu de lucha y su determinación para decidir y conseguir lo que quería en la vida.

Mientras estuvieron trabajando para Michaela, Kevin y Loreto se hicieron inseparables, quedaban para cenar juntos por lo menos una vez a la semana, además de las horas que pasaban juntos en las sesiones fotográficas.Tres años después, Loreto decidió especializarse y abrir su propia línea de moda para novias y le propuso a Kevin que se fuera con ella y el aceptó sin dudar-lo. Al crear Loreto su propia línea y trabajar ambos mano a mano su relación se estrechó aún más tanto, que hasta acabaron convirtiéndose en compañeros de piso. Kevin era la persona en la que más confiaba, no habia nada que no le contase.

A Loreto siempre le ha encantado bailar y en cuanto tenia un poco de tiempo aprovechaba para apuntarse a cualquier curso o taller (salsa, samba, bachata, rock and roll, jazz, ballet, danza del vientre, hip hop, funky...) y ahora quería apuntarse a bailes de salón, pero tenía un problema, no sabia con quien. Su primer pensamiento recayó sobre Kevin ya que él era la persona con la que se sentía más cómoda pero a el no le gustaba nada bailar, así que se tuvo que buscar a otra persona. Entonces mirando su agenda de teléfonos en el móvil, vio él número de Marc, un chico muy y atractivo y muy buen bailarín que conoció en clase de salsa, hacia unos meses. No hablaban mucho, sólo se habían mandado un par de mensajes por wassap desde que acabaron las clases de salsa, pero a Loreto se le ocurrió llamarle por si le apetecía apuntarse con ella a bailes de salón. A pesar de estar muy ocupado, ya que era actor y siempre tenia alguna audición o algún rodaje, hizo un hueco en su ajetreada agenda para asistir a bailes de salón con ella. Cuando Marc y Loreto bailaban juntos se producía algo mágico entre ellos, una conexión, sus movimientos se fusionaban en uno sólo, era como si cada uno desease estar en los brazos del otro y comprendiesen en todo momento lo que el otro expresaba con su cuerpo. Pero, curiosamente, esta sensación duraba únicamente el tiempo que estaban bailando, después se llevaban bien pero todo volvía a la normalidad y Loreto volvía a ser la misma chica tímida y reservada con los chicos.

Después de dos años, en su propia empresa, Loreto decidió compaginar su trabajo con la carrera de pedagogía, quería dar un pasó más allá, no le bastaba con tener su propia línea de ropa y ser una diseñadora reconocida, quería convertirse en una referente para las nuevas generaciones de diseñadores y diseñadoras. Así, que se apuntó a pedagogía para adquirir herramientas para poder transmitir sus conocimientos y experiencias a sus empleados y así contribuir a formar una nueva generación de diseñadores y diseñadoras. En este proceso, sin ella imaginárselo conoció a dos personas que cambiarían por completo su vida, más bien su visión sobre si mismas y estos eran Nathan y Antonio.

Nathan y Loreto se conocieron en su segundo año de carrera ya que ese año iban juntos a la misma clase. Natahan era todo un deportista, estaba en un equipo de fútbol y en otro de básquet y además trabajaba de monitor de extraescolares deportivas. Loreto empezó a juntarse con Nathan y su grupo e hicieron algunos trabajos juntos. Cuando Loreto estaba con Nathan sentía que podía ser ella misma , que aunque se sintiera como una torpe o una metepatas, o a veces se pusiera a reír como una loca, no pasaba nada porque él no la juzgaba y con él se sentía bien hasta en sus momentos más delirantes y desastrosos, cosa que hasta el momento solo le había pasado con Kevin. Esto le dio una gran lección, le enseñó que podía ser natural ante los chicos y que no tenía porque fingir ser quién no era. El hecho de sentirse tan cómoda con Nathan la hizo confundirse  y pensar que tenía ciertos sentimientos hacia él que no eran correspondidos. Fue muy doloroso para ella superar esta confusión,pero al final este hecho  le enseñó que debía aceptarse a si misma tal y como era y sentirse orgullosa de si misma.

Ese mismo año también conoció a Antonio, un chico de aspecto algo desaliñado y con ideas bastante hippies, pero a la vez muy amable y carismático, con una gran capacidad oratoria. Antonio fue uno de los compañeros referentes de Loreto, durante gran parte de la carrera, hicieron algún que otro trabajo juntos, y mantuvieron una relación de compañeros, en la que ambos se respetaban mutuamente. Además, para sorpresa de Loreto, al final de la carrera, Antonio la sorprendió regalandole un vídeo diciéndole lo que pensaba de ella como pedagoga. Cuando Loreto lo vio se conmovió, le hizo mucha ilusión que el chico al qué admiraba tanto como pedagogo tuviese una imagen tan positiva de ella, en ese mismo sentido. Y el ver ese vídeo la inspiró a seguir siempre su instinto y perseguir sus sueños.

De esta forma a pesar de no haber tenido ninguna relación romántica en sus 29 años de vida, Loreto ha logrado convertir-se en una diseñadora reconocida y esta en el camino de formar a una nueva generación de diseñadores y diseñadores. Y gracias, en parte, a la influencia de los chicos que han pasado por su vida, ya sea de forma efímera o más permanente, Loreto ha fortalezido su carácter y su personalidad y a aprendidó a creer en si misma y a perseguir sus sueños.

Este relato es ficticio, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Publicado por: Verónica Mallor



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